viernes, agosto 31, 2007

Le puso la tapa al pomo!

Los pomos vacíos en Cuba se han convertido en uno de los esenseres más útiles en la vida del cubano. En mi casa en Guanabacoa existían algunos que mi abuela guardaba con esmerada dedicación desde 1958. Especialmente había uno grandote que ella proclamaba había contenido aceitunas y que ejercio como azucarera hasta el día en que se rompió. Ese aciago día casi le da un soponcio a la abuela! De Ginger Ale para la luzbrillante, de compota como tacita de café, de melocotones para la sal, la lista no tiene fin. Recuerdo especialmente que cuando en mi tierna niñez me vi enfrentado a una de las plagas mas terribles que puede soportar un niño, el “apagón”, los quinqués de la casa, por su uso excesivo fueron perdiendo la parte de cristal que hace la lámpara y entonces los socorridos pomos viejos y la inventiva del cubano vino a resolver la situación. Hasta mi abuela se lanzó en la aventura de hacer una lámpara nueva de un viejo pomo de melocotones Libby (seguro que esa prestigiosa compañía nunca se imaginó que un pomo de sus deliciosos y olvidados melocotones serviría para dar luz a un humilde hogar habanero!). Pues bien, la emprendedora anciana, usando un pedazo de pabilo, un poco de alcohol, un cubo lleno de agua y un fósforo logro un corte casi perfecto en el fondo del pomo que a partir de ese día paso a formar parte de nuestro “sistema de iluminación secundario”.

Y no tengo que mencionar aquí que la situación de “la industria de los envases utilitarios recuperados” en Cuba entro en plena crisis después de la desconchinflazón de la “Unión Sorbética" al ser esta aplastada por los “Helados Unidos”. En pleno periodo especial una de mis mas lucrativas empresas fue “recuperar” latas de refresco y cerveza que después vendía a peso como flamantes vasos “irrompibles”.

Hoy, viviendo en tierras ajenas con la abundancia que nunca en mi infancia soñé tener, cuando tengo que botar uno esos pomos tan bonitos, con tapitas nuevas, mi corazón se encoje, mi mano se crispa como si estuviera cometiendo un acto sacrílego y mi pensamiento vuela a mi infancia en mi modesta casa y pienso en el enorme valor que tienen estos envases para nuestros sufridos compatriotas. Porque el que si “le puso la tapa al pomo” fue el infeliz que nos sumió en tan terrible miseria. Solo esperamos que a este desgraciado le pongan bien pronto “el pijama de palo”.

3 comentarios:

lola dijo...

Cuando mi madre vino en el 82, una de las primeras cosas que me preguntó fue si los pomitos había que guardarlos´.

NG la Banda dijo...

Lola!
Lo de los envases ya lo hemos logrado superar, al menos ya los botamos, pero el vació en el alma siempre te queda. Con la comida es otra cosa; en mi casa no se tira nada que no haya pasado por la estricta supervisión de este servidor :-)
Un saludo...NG

Anónimo dijo...

ayyyy que lucha con mi suegra que exprime el papel toalla y lo reusa hasta que se deshace en pedazos.

Mi película inolvidable!

Mi película inolvidable!

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