Nuestro vino es agrio....

"Nuestro vino es agrio... pero es nuestro vino" Esta frase se le atribuye al cubano más ilustre y valiente que haya existido: José Martí
En ella hacia referencia a través del símil al hecho que las cosas de la patria había que aceptarlas como vinieran con dedicación y sacrificio, sin quejas. Algunos mal intencionados han tratado de conectar la frase con una supuesta inclinación hacia el dios Baco de nuestro apóstol, inclinación por demás que no lo demerita en absoluto, al contrario le da un velo de hombre de mundo y conocedor de la vida.

Pues bien los cubanos de a pie hemos usado esta frase cada vez que la terrible escasez ha hecho mella en nuestro sufrido pueblo.. Que nos tenemos que montar en un “camello” lleno de violencia y mal olor, pues exclamamos “que mierda de vino, pero es nuestro”, que la tiranía nos obliga a comer mejunjes diabólicos preparados con ingredientes sacados del mismísimo infierno, pues allá va la socorrida frase. Cuentan que últimamente han visto a un borracho, que dormita por los portales de la Habana, cargando un letrerito escrito en un pedazo de cartón mugroso proclamando a los cuatro vientos que ya ni siquiera el cubano tiene el vino agrio martiano y solo le queda añorar tiempos pasados y soñar con caldos de otras latitudes… así reza este triste pregón: "Cambio "nuestro" alcohol de reverbero por vino agrio de cualquier nacionalidad!"

Así hemos quedado, aplastados por una de las dictaduras mas largas de la historia. El mayor anhelo de un cubano es salir de Cuba a cualquier precio para poder probar esos “licores” que le son prohibidos en su propia tierra.