Nadie escarmienta por cabeza ajena!

Y ese nadie no solo se refiere a un ente individual, pues en el caso de los cubanos lo podemos aplicar a diferentes generaciones que a través de nuestra historia han padecido de un raro síndrome ego maniaco que ha impedido cualquier consenso nacional para lograr objetivos comunes y del cual nunca hemos podido escarmentar.

Desde los comienzos mismos de la formación de nuestra nacionalidad hemos sufrido esta desunión y rivalidad entre compatriotas, que aunque tenemos la misma aspiración, no somos capaces de poner a un lado egos y rencillas en aras de lograr el bien común.

De esta maldición no han escapado ni los próceres. Aunque no hay registros de la reunión secreta en La Mejorana entre Martí, Maceo y Gómez, el guardia que hacia la posta mas cerca a la tienda escuchó improperios, manotazos y gritos. Al parecer pactaron una tregua para poder dirigir la guerra y esperar a después de lograda la independencia, dirimir sus pleitos. La parca quiso que dos de ellos murieran en combate quedando solo Gómez vivo lo que evitó que se formara un despelote de proporciones bíblicas una vez lograda la soberanía.

De ahí en adelante hay un rosario de malos ejemplos…con una sola y controversial excepción: La revolución que puso en el poder a Fidel Castro. La única vez en la que todos estuvieron de acuerdo! Por supuesto que la concordancia duro muy poco y cuando se dieron cuenta de la mayúscula metedura de pata ya era tarde…los cohetes rusos se encargaron de apuntalar el dislate nacional.

Y de este castigo divino(?), al que parece estamos condenados de por vida, no escapa ni el mundo virtual cubano, donde han comenzado a surgir agendas personales de protagonismos que hacen imposible cualquier coalición razonable. Y mientras tanto el tiempo pasa…y nos vamos poniendo viejos!